En los tiempos que corren el preservar el patrimonio histórico y cultural es noticia. Y es noticia debido a que muchas son las comunidades que con mayor o menor esmero, intentan que todos sus conjuntos históricos y monumentales tengan un estado de conservación óptimo. En Burgos, no se puede reprochar que una serie de conjuntos arquitectónicos estén bien conservados y restaurados, como puede ser la Catedral de Burgos, los yacimientos de Atapuerca o diferentes monasterios o edificios. Pero ¿Qué sucede con los demás?
Desde hace tiempo, me interesa bastante el arte Románico, ya que en el municipio donde yo he veraneado siempre, Carrias, tenemos el privilegio de disfrutar de un conjunto arquitectónico eclesiástico de este estilo. Pero año tras año empeora su estado, ya que tiempo ha, yace en un estado deplorable y nadie hace nada por intentar preservar ésto, que desde hace mucho tiempo preside la montaña donde comienza el municipio.
Tras volver de viaje hace unos días, por Cantabria, sinceramente siento envidia por cómo tratan la cultura allí. Intentan tener todo su valor patrimonial en su máximo esplendor con visitas guiadas y centros de interpretación. Y en Burgos, potenciales monumentos y conjuntos para ser visitados como puede ser el de la Ermita de Santa María del Campo, en Carrias, lo dejamos caer.
Puede que lleve mucho trabajo su recuperación, pero nunca es tarde hasta que algo desaparece por completo.
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